Malvinas: Argentinas y latinoamericanas


Volveremos a Malvinas por la vía diplomática, política, cultural y sudamericana.

“La fuerza es el derecho de las bestias” Ciceron.

Argentina posee geográfica y geopolíticamente tres ejes, el andino (zona cordillerana, noroeste), el eje fluvial (zona mesopotámica, centro) y el eje marítimo (zona patagónica, sur). Estas tres líneas vertebrales conforman entre si un triangulo, el cual reproduce en menor escala la forma triangular de nuestro continente sudamericano. Por esto algunos autores han acuñado el concepto de “argentina triangular”.

Aquellos no solo son definidos en lo geográfico y geopolítico sino también en lo histórico, pues los distintos ciclos políticos han enfatizado el desarrollo de cada uno de ellos. En épocas de la colonia y el virreinato, era fuerte el desarrollo de la línea andina ya que la explotación metalífera hacía que la economía allí tuviera más impulso. Luego, la generación del 80 puso acento en la línea mesopotámica, con el poder de la oligarquía terrateniente y la instalación del ferrocarril en forma de embudo (red ferroviaria con vértice en el puerto de Buenos Aires).

El eje patagónico fue el más descuidado por las políticas públicas. Allí ocurrió la mayor concentración y extranjerización de la tierra durante fines del siglo XIX y en la década de los 90 (siglo XX), respectivamente. Quienes de forma irregular quedaron con la titularidad de las tierras luego de la Campaña del Desierto fueron los aliados comerciales internos del Imperio Ingles (productores de lana, por ejemplo). El proceso concentrador continúa hasta hoy mixturado con una tendencia a la extranjerización ya que los capitales europeos se vuelcan a comprar las tierras directamente para diversificar sus inversiones.
Hoy la causa Malvinas, desarrollada en torno a la posesión de las islas ubicadas en la zona del eje marítimo, debe ser una cuestión sudamericana por estar implicada la integridad territorial de nuestro continente. Sudamérica posee la línea cordillerana-océano pacifico, la mesopotámica-océano atlántico y la zona de la Antártida. Así, como país tenemos la misma estructura geográfica y geopolítica que nuestro continente a diferencia del resto de los países hermanos, por ello constituimos un paradigma territorial en nuestra zona continental.



La recuperación de la influencia argentina sobre el eje patagónico, perdido con la invasión británica de las Islas Malvinas, es en definitiva una cuestión sudamericana. En la cuestión Malvinas, entre en juego el acceso a y la pertenencia de los sudamericanos de las áreas de la Antártida, verdadero reservorio de recursos naturales. El único continente no depredado aún por la humanidad y la economía extractivista es dicha zona.
El neocolonialismo es un tipo de dominación centrada en el uso de la cultura como arena de disputa y victoria del dominante sobre el dominado, a diferencia del colonialismo clásico en el que el uso de la fuerza era el elemento definitorio de la relación. Por ende, en tiempos de neocolonialismo, la batalla por Malvinas es una lucha cultural y política, quedando como vías a utilizar el de la diplomacia y el de la construcción de sentido (opinión, arte y conocimiento). No en vano, Gran Bretaña saca fruto de declaraciones de intelectuales vernáculos que ocultan el hecho de que un tercio de los actuales habitantes de Malvinas son militares británicos.

La autodeterminación de los pueblos es un principio que compartimos porque fue sostenido en las luchas contra el imperialismo a lo largo del siglo XIX y XX por los distintos pueblos que sufrieron el asedio colonizador. Sin embargo no es un argumento valido en boca de los actuales habitantes de Malvinas, por ser estos últimos descendientes de quienes echaron en 1833 por el uso de la violencia física y la fuerza a nuestros compatriotas que habitaban las islas. Son el resultado de una política del impero británico de implantar un grupo de civiles que rechacen la soberanía argentina de las Islas.

El caso de Gibraltar ilustra la tergiversación del principio de autodeterminación de los pueblos cuando es usado por Gran Bretaña. Ocupado dicho territorio por la fuerza en detrimento de sus anteriores ocupantes, España, el imperio británico implantó una población británica adicta a sus postulados e hizo que votaran con el paso de los años una consulta acerca de si debía ser el territorio de soberanía española: el 99% por ciento voto por depender de Gran Bretaña en 2002.

El amplísimo consenso de las fuerzas partidarias argentinas y de la gran mayoría de nuestra sociedad en torno a la soberanía argentina de Malvinas junto al cierre de filas de nuestros hermanos sudamericanos en torno a esta causa son dos síntomas de avance rotundo en materia de legitimidad de la posición de nuestro país. Quedan por delante utilizar cada uno de los foros internacionales para abogar por nuestra soberanía en esta causa, junto a los demás países del continente y poner el tema como condición sine qua non en cada una de las negociaciones que el Mercosur, el Unasur y la CELAC entablen con Gran Bretaña y sus aliados por motivos comerciales o de cualquier tipo.

Malvinas es una causa por la integridad geográfica de Sudamérica y de nuestro país, paradigma territorial del continente. ¡Unidos o dominados! ¡Reconocimiento de Gran Bretaña de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas!